
Con goles de Felipe Melo en contra y Sneijder, los europeos le ganaron al Scratch. Robinho había puesto en ventaja a los dirigidos por Dunga, que no pudieron sostener en el segundo tiempo el buen funcionamiento de los primeros 45 minutos
Holanda salió con la idea de plantarse bien arriba en el campo, lo que obligó a Brasil a presionar la salida del equipo naranja y cerrar los espacios, sobre todo a Arjen Robben, quien se paró como extremo derecho para enganchar hacia su pierna favorita, la zurda.
A los 9 minutos de juego, Felipe Melo tomó la pelota en mitad de cancha, levantó la cabeza y puso un pase perfecto de 20 metros para Robinho. El delantero, increíblemente, se metió por un hueco que dejó la defensa holandesa y sin parar la pelota le pegó de derecha para mandar la pelota al fondo del arco. 1-0 para Brasil. Golpazo.
Así le gusta a este Brasil, aprovechar la herida que deja el rival y clavar la puñalada, como lo hizo con el grosero error de los holandeses, que en vez de seguir a los jugadores miraron fijo la pelota sin ver quién les ganaba la espalda.
Con el gol a favor, Brasil se relajó y manejó el partido a su antojo. Holanda, aturdido y confundido, trató de hacer pie y soportar el temporal, porque le costaba hacerse con la pelota y generar acciones de peligro .
El tanto de Holanda confundió a Brasil, lo hizo replegar, pero sobre todo, dudar. Y los holandese aprovecharon su momento. A los 23, un centro de derecha a izquierda encontró a Wesley Sneijder, que con un notable cabezazo anotó el 2-1. Sorpresa.
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