viernes, 30 de julio de 2010

Berlusconi instó a Fini, cofundador de su partido, a que deje su puesto de presidente de la Asamblea por estimar "absolutamente incompatibles" sus posiciones con las del partido.

Fini respondió de inmediato que no iba a dimitir. "La presidencia de la Cámara no está a disposición del presidente del Consejo", declaró.

La maniobra de Berlusconi pone en grave riesgo la estabilidad del Ejecutivo italiano, señala el diario español El País , porque obliga a Fini a salir del partido y a formar dos nuevos grupos parlamentarios, uno por cada cámara.

La prensa italiana calculaba ayer que los disidentes contarían con 33 diputados y 15 senadores. De confirmarse esas cifras, la coalición gubernamental perdería la mayoría en la Cámara de Diputados y podría perder el Senado.

Berlusconi cuenta actualmente con 174 senadores sobre un total de 315 y con 344 diputados de 630, respectivamente, precisó El Páís.

Desde hace meses, Fini se distanció en varias ocasiones del gobierno de Berlusconi. Recientemente, estimó que todos los políticos procesados deberían renunciar a sus funciones.

Tres ministros que se encontraban en ese caso tuvieron que dimitir estos últimos meses. Fini contribuyó también a enmendar considerablemente un controvertido proyecto de ley destinado a limitar las intervenciones telefónicas, al que Berlusconi daba gran importancia.

Sin embargo, intentó un acercamiento de última hora con el primer ministro, al que invitó el jueves en una entrevista a "empezar de cero sin resentimiento".

"Berlusconi y yo no tenemos el deber de ser amigos, ni siquiera el de aparecer como amigos, pero sí debemos cumplir los compromisos políticos y electorales con el pueblo italiano", agregó.

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