“Estoy un poco sorprendida por el tenor, el tono y el contenido que ha tomado el discurso. La verdad es que es muy preocupante escuchar expresiones como Guerra de Dios, proyectos del demonio, que realmente te remiten a tiempos de la inquisición, a tiempos medievales, y sobre todo si son provenientes de aquellos que deben instar a la paz, a la diversidad y al diálogo, por lo menos eso es lo que dijeron siempre en los documentos”, dijo Cristina.
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Indicó que “si nos remontamos a la antigüedad, a los discursos de Platón, que tenía una mente preclara, pero sostenía y fomentaba la esclavitud, vemos que esta discusión, cuando sea vista dentro de unos años, va a ser vista como una discusión casi anacrónica”.
En ese sentido, la jefa de Estado añadió que “en definitiva lo que la ley de matrimonio igualitario hace, no es obligar a la gente a que se casen con personas del mismo sexo, simplemente toma cuenta de una realidad que es preexistente”, apuntó.
Cristina explicó que “cuando se sanciona el código civil de Veléz Sarsfield el único matrimonio posible era el matrimonio por iglesia, porque tomó esa cuestión del derecho canónico, que tampoco es de la iglesia, sino de los romanos, que además eran paganos”.
“También me parece muy mal la utilización de los chicos en los colegios para embanderarlos en estas discusiones. Además estuve leyendo el despacho y nunca vi una cosa igual, se plantea la cuestión de conciencia, que implica que un empleado público te puede dejar de atender porque sos gay o lesbiana”, remarcó Cristina.
Finalmente comentó que “hay otro artículo que niega la posibilidad de inseminación in Vitro o artificial a personas que ya tienen hoy esa posibilidad, o sea que les quita un derecho que ya tienen”, pidió que “el debate debe volver a su cauce normal, sin cruzados, acá no hay ninguna guerra, ni de Dios ni del demonio y sostuvo que avanzar con esta cuestión “sería un retroceso muy grave para una sociedad democrática”.
martes, 13 de julio de 2010
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